Tradicionalmente los
libros de lujosa encuadernación siempre han presentado en su interior una cinta
que, estando fija en su parte superior, nos permite trasladarla y marcar la
página donde interrumpimos la lectura para retomarla más adelante con facilidad.
Esta cinta, llamada
“punto de lectura” o “medianil” ha desaparecido de las encuadernaciones más
populares, es en parte por el ahorro de costes que supone y en parte por la
imposibilidad de fijar la cinta en todas las encuadernaciones tipo rústica.
De este modo, el que
más y el que menos, todos empleamos algún sistema para marcar la página donde
interrumpimos la lectura, desde la desaconsejable esquina doblada hasta
introducir la contrata cubierta del propio libro o una tira de papel arrancada
de cualquier periódico.
¿Que es un marca
páginas?
Se trata de una tira
de cartulina rectangular (los más habituales) con un dibujo o grabado impreso,
de modo que además de permitir señalar una página del libro le complementa y
embellece. El grosor de la cartulina debe ser el adecuado, para que no se
deteriore rápidamente si es demasiado fina, ni dificulte la curvatura natural
de las páginas del libro mientras lo leemos si es demasiado gruesa. Para un
libro determinado no es adecuado cualquier marca páginas, sino únicamente
aquellos cuyos grabados o dibujos los sentimos afines y próximos a la temática del libro.
Dado que el marca páginas e un excelente complemento de cualquier libro, tanto por su utilidad como por su imagen, cada nuevo libro que incorpore a nuestra biblioteca debe ser complementado con un marca páginas del que ya nunca se debería separar, ni siquiera tras haberlo leído.
Dado que el marca páginas e un excelente complemento de cualquier libro, tanto por su utilidad como por su imagen, cada nuevo libro que incorpore a nuestra biblioteca debe ser complementado con un marca páginas del que ya nunca se debería separar, ni siquiera tras haberlo leído.
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